Camino a Ítaca
Camino a Ítaca
El poema de Camino a
Ítaca del heleno-alejandrino Cavafis escenifica el camino vital y también
pedagógico, puesto que sería ilógico separarlos. La realidad actual obliga al
profesor a estar conociendo y aprendiendo constantemente, en una búsqueda, en
ese sendero filosófico que se planteaba desde la Antigüedad. El problema es que
las aulas no siempre han conseguir encaminar a los alumnos por esa Ítaca
interior, sino que ha sido más bien una especie de creador de, muchas veces,
productos fallidos que se expulsan del sistema, cual muñeca rota vestida para
la pasarela de la calle o engranaje desechado en harapos que nadie recogerá de
la calle. Si salen bien, se entroncan en la cinta de la máquina donde vas a
seguir repitiendo tu rutina. Por eso este blog se llama así, vuelve a la
Historia y al pasado (por mi formación) y recoge desde ahí hacia delante los
planteamientos que puedan construirme y construirlo para educar (filosofía y
pedagogía).
La Educación encierra
un tesoro de Delors plantea la necesidad de pasar de una escuela del s. XIX
al XXI, o como diría Bauman, adaptar la escuela de la modernidad sólida a la
realidad líquida de nuestra modernidad, que está fuera de esa inadaptada
escuela. Sus teorías podrían ser interesante, aunque sus conceptos me resulten
muy cajón de sastre: crear una escuela autónoma, unos profesores guía (tutores
continuos y múltiples) que sabios (afirmando saber sin dudar y hacerle dudar),
y unos educandos que obtengan ese camino intelectual más que una doctrina casi
religiosa. Aunque este modelo sigue manteniendo unos principios y una autoridad
mínima para la cohesión, quizás el planteamiento debería tirar hacia adelante y
el profesor no debería inducir a la multiculturalidad, sino mostrar que es
posible. Llevar la escuela al mundo y el mundo entre ahí. En eso acertaba El Club de los Poetas Muertos, haciendo
de la poesía sentimientos y trabajando las ideas detrás. O Capitán Fantástico con un entorno natural que era ideal frente a la
cultura industrial, una contradicción con el ideal progresista de Marx.
Ya no es solamente tener esos conocimientos (saber ser) para ponerlos en práctica en
máquinas (saber hacer), haciendo
chapas del taylorismo o el fordismo. Ahora tenemos más en cuenta lo
que estamos perdiendo, la parte humanista de la historia y de la vida, es
decir, la educación emocional, en un frío y competitivo mundo neoliberal o
hipercapitalista de la globalidad del s. XXI. Para conseguir trascender esta
fase de producción industrial y adaptarse a la posindustrial, del ocio y
servicios, donde la automatización supera la mano de obra humana, habrá que
poner un camino a una Ítaca sin nobles y la virtud se consiga en la odisea
intelectual. Como tripitiré, la máquina nos ganará a este ritmo por nuestra
propia mano: preferir cultivar una seudociencia de iluminación ante el miedo a
esta modernidad o el de una cientificidad que acaba por volverse acientífica
por mor de los intereses económicos, nos sepultarán en otra ideología
salvífica. Habría que despertar de ese sueño en que nos ha dormido la sociedad
ociosa, para convertiros en templos realmente del raciocinio.
Porque la razón y los sentimientos están en la mente,
conectados por neuronas, no en el corazón por un lado, y eso incide en la
influencia de las facultades del corazón y de la mente a nivel poético. Lo que
crea la imaginación ayuda a la ciencia, y los conocimientos teóricos fluyen a
crear nuevos modos de escribir literatura, caso del uso de imágenes
cinematográficas o de técnicas de enfoque de cámara, con el botón de El Ojo de la Cámara de la Trilogía de USA de J. D. Passos. La
ingeniería era considerada un arte por esa labor de diseño y de su capacidad
creadora, ¿no podemos hacer ingenierías o ser ingeniosos con la gran y compleja
construcción de la mente? Es necesaria al final el cultivo de la poesía, la
música y la lógica, si queremos entender algunos ejemplos de cómo emplear la
matemática. Más allá, ¿no son herramientas de introspección? Si no entramos en
nuestra maraña quizás nos esté cegando, como con la ‘ceguera emocional’.
Cavafis precisamente escribe una delicia de poesías como Murallas[1], que bien podría
explicar esa torre marfileña del autismo o de nuestra realidad actual, Deseos[2], en donde se habla
de la fugacidad del placer que parece estar al orden del día, la ya mencionada Ítaca[3], pero también nos
muestra que no hay otras ciudades adonde ir en La Ciudad[4].
Al final nos olvidaremos de lo que fue esa realidad para encontrarnos los pasos
en ese mar obscuro, como en la Historia que no tiene sentido y aburrida en el
aula, y será una cosa lejana que a veces recordar en Lejos[5].
Llegará una Monotonía[6] que no nos
reconoceremos y serán noches, más de Una
noche[7] que podría ser La Noche de los Tiempos de Antonio Muñoz
Molina, que vuelve el pasado como de una pesadilla. Nadie quería una imagen de
esa ciudad cual especie de sueño macabro de Metrópolis,
del pintor Georg Gronsz[8].
La escuela debería poder hacer una interpretación de la tormenta al alumno para
que sepa que no es un designio divino, sino un proceso natural al que podemos
enfrentarnos, o mejor dicho, vivir con ésta para poder tener una vida en
simbiosis.
Como he ido hablando en estos post, yo busco mi forma de ser en el mundo, para poder comprender esa realidad, a través del camino en donde la observo, y así poder tener la capacidad de llevar por éstos y más a las personas que tenga bajo esa guía. Espero no quedarme encallado y únicamente soñando con una Penélope lejana, porque el vivir es tener que amar toda esa complejidad de los trayectos, de las realidades lejanas, de poder construir mapas y tener valor a dar los pasos. Por eso el Camino a Ítaca no es más que una metáfora de un poema, no tiene sentido la imagen detrás sin vivir. Sin vivir no hay nada de eso, no hay posibilidades de entender literatura, historia, sin experimentar no hay física, química, biología, y sin crear no hay tecnología, poesía, escritura… Ésta es mi manera también de entender la tutoría y la enseñanza, que van de la mano. Una construcción compleja hecha bloque a bloque, con ayuda de otros, pasados o presentes.
P.D. Si interesa, estoy haciendo un proyecto por partes sobre la percepción del viaje en los ss. XVI y XVII a través de la literatura picaresca: https://insuladebarataria414153161.wordpress.com/2020/10/31/el-pais-de-afuera-2-los-lugares-de-parada/
Comentarios
Publicar un comentario